La financiación de la vivienda se encuentra en aguas turbulentas, y las cifras recientes son alarmantes. Las compraventas de viviendas llevan sufriendo una caída persistente durante siete meses consecutivos, según los datos más recientes. En agosto, las operaciones de compraventa descendieron drásticamente en un 14,4% en comparación con el mismo período del año anterior. Este declive es el más pronunciado desde agosto de 2020, superando incluso el retroceso del 10,5% de julio.
La vivienda de segunda mano ha sido la más afectada, con un preocupante descenso del 16%. De hecho, las regiones que más han sufrido este declive son Baleares, Canarias, Madrid y Cataluña. Sin embargo, no todo es oscuro: Navarra y Asturias han mostrado incrementos en las compraventas del 8,7% y 3,7% respectivamente.
Estas cifras reflejan la inestabilidad del mercado inmobiliario, que se ha visto afectado por factores como el aumento de los tipos de interés y la restricción de créditos. A pesar de la reducción en las operaciones de compraventa, el precio de la vivienda sigue siendo resiliente y no muestra signos evidentes de desaceleración. Ferran Font, del portal Pisos.com, insinúa que podríamos ver cambios en los precios en áreas con menor demanda antes de que termine el año.
El Banco de España ha confirmado que el endurecimiento del crédito se ha mantenido, y la demanda ha seguido disminuyendo. A pesar de las expectativas de una ralentización del mercado inmobiliario, los precios de la vivienda no están mostrando una adaptación rápida. El análisis reciente del Banco de España sugiere que, a pesar de las expectativas de una caída en la demanda, la realidad del mercado inmobiliario es más compleja.
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