En los dos años pasados, la modalidad de trabajo ha experimentado un cambio radical, con una inclinación masiva hacia el teletrabajo. Sin embargo, el debate entre la eficacia del teletrabajo y la presencia física en la oficina sigue encendido. Mientras que el personal celebra la posibilidad de equilibrar mejor su vida laboral y personal, las corporaciones insinúan la disminución de la sinergia y la productividad del equipo en un entorno virtual.
La última investigación de Workmeter, una firma especializada en software de monitorización laboral, ofrece un nuevo enfoque basado en evidencia objetiva. Tras examinar más de 46.000 registros laborales de diversas industrias, los resultados revelan que el teletrabajo no solo mejora la concentración y la productividad, sino que también permite una mejor administración del tiempo. En particular, los supervisores experimentaron un aumento significativo en la concentración cuando trabajaban desde casa, saltando de un 65% en la oficina a un asombroso 83% en casa.
Este aumento en la productividad se debe a la reducción de distracciones típicas de un entorno de oficina, como conversaciones espontáneas y reuniones no planificadas. Aunque la flexibilidad puede temerse que conduzca a jornadas más cortas, la investigación muestra que la mayoría de los teletrabajadores mantiene una jornada laboral estándar. Además, muchos empleados optan por comenzar su día de trabajo antes, aprovechando el tiempo que anteriormente se dedicaba al desplazamiento.
El estudio también arrojó luz sobre las preferencias de los empleados en cuanto a la distribución de su semana laboral. Sorprendentemente, el jueves y el miércoles son los días más populares para el teletrabajo, desafiando la percepción común de que el viernes sería el elegido.
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