Como todos los años y como por siempre será, hay que soportar un año más la cosa más absurda del mundo, ver los movimientos de masas humanas más grandes y ver la mayor representación del capitalismo: la navidad.
Inventada (la celebracíon como tal -hay que recordar que “Santa Claus” es un invento de la Coca-Cola, es más en principio era verde) allá por los años veinte por los -como siempre astutos- empresarios americanos para ponerle aún más sentido a la necesidad de convertir a la gente en esclavos, de hacerles creer que tienen que celebrar y regalarse cosas los unos a los otros, de pensar que van a ser felices al menos por un día y que en ese único día habría paz absoluta entre los hombres, claro, todo esto calculando fríamente sus beneficios y con ellos el abuso de las naciones pobres y productoras de los que se alimenta todo el resto del mundo.
He visto a gente con teléfonos móviles de última generación y comprando unos más nuevos aún, he visto gente comprando televisores con Full HD y con comentarios como: “es que el otro solo me da HD ready y quiero más calidad” (a esto del HD hay que anotar que es todo una patraña ideada justo para eso, para vender más), he visto gente comprando todo lo que no necesita o seguro que por lo menos no saben utilizar, pero bueno, ¿qué más se puede esperar?, es el resultado de toda la publicidad, de lograr que la gente crea que necesita un determinado producto para que su vida sea más completa o más fácil, de todos modos -y como siempre lo he dicho- de poco serviría toda la publicidad si no tiene un campo adecuado de cultivo y que mejor que la mente de la gente que ya está idiotizada hasta el punto de tragarse lo que le den, lo sea.
Se va acercando la hora de buscar, de hacer un cambio radical en la forma en que vivimos y en la que dejamos que un selecto grupo nos gobierne como a un rebaño de idiotas. Se acerca la hora de empezar una revolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario