Henar tiene 60 años y lleva trabajando en La Princesa -el centro que incendió la marea blancamadrileña ya desde principios de noviembre- "desde los 20". Y, de las 40 primaveras como enfermera, 20 las ha desempeñado con un cargo de responsabilidad en distintas áreas del centro. Su último puesto importante, supervisora general de noches, ha durado más de 15 años. Hasta esta misma mañana.
"La directora vino a mi despacho a las 7:45 horas [su turno terminaba a las 8] y me dijo que esta había sido mi última noche", narra Henar, aún afectada por la noticia y por las 48 horas que lleva sin dormir. Tantas horas despierta le han servido para seguir pensando en próximas actuaciones, pero no para pensar en los motivos de su destitución. Ella los tiene muy claros: "Profesionalmenteno me pueden tachar de nada, así que no pueden basar su 'pérdida de confianza' en mí en ningún motivo laboral"."He dado mi vida en este hospital y nunca he tenido un pero", añade, muy segura de sí misma. Algunos de sus compañeros también confirman su intachable currículum. "Esla mejor supervisora, una gran profesional y, además, un encanto de mujer", señala Adela, una enfermera del centro.
"He dado mi vida en este hospital y nunca he tenido un pero", asegura la afectada
"¿Qué pretenden? ¿Darle los puestos de confianza a sus amiguetes?", se pregunta Henar. "Estaba claro que alguna cabeza no importante, pero sí representativa, iba a caer", lamenta la enfermera, haciendo alusión al descontento de los altos cargos del centro con las protestas pro-sanidad pública de sus trabajadores. Este diario ha intentado, sin éxito, recabar la opinión de la dirección del hospital.
A Henar le preocupa que las represalias tomadas contra ella consigan minar los ánimos de lamarea blanca. "Me duele el miedo que esto pueda llegar a acarrear en el resto del personal", confiesa. Pero, lejos de acallar las protestas, la destitución de Henar sólo ha reactivado la batalla de los profesionales de La Princesa. ¿El primer paso? Médicos, enfermeros, supervisores, celadores y demás personal del hospital se han puesto en marcha para recoger firmas a su favor y enviar su firme protesta frente a la dirección del centro.
Henar, agradecida a sus compañeros, quiere que no quede impune su "incomprensible" destitución."He trabajado con más de diez direcciones diferentes y no he visto ninguna que haya hecho menos por este hospital que la actual: pretenden que lo dejemos caer", denuncia la enfermera. Aun así, se alegra de la inicial reacción de los profesionales del centro. "Parece que lo único que han conseguido es hacernos más fuertes", concluye.
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