7 ene 2014

Urge resolver: CCOO, IU y UGT

Es vital y urgente comprender que tanto CC OO como I.U. (UGT es otra cuestión y habría que hacer matices más graves, ya que aún tiene el cordón umbilical conectado con el PSOE) son ya, dos herramientas melladas y oxidadas que no sirven.
Lo más grave de cuanto ocurre contra los trabajadores es, que CC OO y UGT continúan sin convocar huelgas generales. La troika, banqueros, Ibex, Gobierno y “oposición”, todos ellos juntos, no son tan perjudiciales como que, las dos organizaciones sindicales que representan a la mayoría de la clase obrera, estén permitiendo sus tropelías, permitiendo que sus organizaciones sigan durmiendo.
Se ha de recordar que la degeneración de CC OO, está precedida por la traición del PCE tras de la muerte de Franco. No obstante Izquierda Unida, heredera de aquella traición, no se esfuerza en regenerarse y en tratar de recuperar para los trabajadores ese sindicalismo combativo y revolucionario; por el contrario, esta organización, ensimismada en el juego electoral como base fundamental de su política, sigue reconociendo y dando soporte a CC OO, dando el mayor ejemplo su máximo representante, el Sr. Cayo Lara, manifestando orgulloso que seguirá… “en el Betis manque pierda”. (Y es que, un ex trabajador de SINTEL, me explicaba hace poco, la odisea que tuvieron durante su lucha para hablar por entonces con Llamazares y que cuando lo lograron, le emplazaron  a que I.U. diera respaldo a sus propuestas; ya que CC OO, con Fidalgo a la cabeza, parecía ser la representación de la empresa. Llamazares les manifestó que no podía ofrecerles lo que pedían porque muchos miembros de CC OO iban en las candidaturas de Izquierda Unida de próximas elecciones que  habrían de celebrarse…).


Ahora bien, decir esto es algo obvio entre nosotros (la izquierda sin tapujos) y por tanto no pretendo volver a relatar la multitud de vergonzantes actuaciones corruptas de los aparatos burocráticos de CC OO y UGT. Se trata de ver cómo nos ponemos de acuerdo, desde las organizaciones alternativas, para informar necesariamente a los trabajadores incluidos a sus afiliados y a cuadros intermedios no “remunerados” de lo que de verdad está ocurriendo. Con estos últimos es vital la comunicación y el debate. Hemos de generar ánimo e ilusión en todos para retomar un el sindicalismo combativo, de aspiraciones de clase, recuperando aquella efectiva  práctica de lucha que conocimos y que albergaron los mejores tiempos de CC OO cuando eran respetadas y temidas por los empresarios.
Es evidente el desprestigio que tanto CC OO como UGT  han alcanzado en todo su ámbito. Sin embargo, ahora se trataría de que sus bases más conscientes de la afiliación y representantes sindicales (elegidos democráticamente) tomaran conciencia de que es injustificable que con lo que está sucediendo, sus organizaciones no convoquen a una lucha “sin cuartel”; y ya ni siquiera en base a las reivindicaciones que correspondería, (lo que debería ser la exigencia del derecho a vivir mucho mejor por los avances conseguidos y por “ser infinitamente más ricos”), sino al menos, contra los descomunales robos y crímenes que se vienen cometiendo contra el pueblo, permitiendo saqueos y retrocesos, dejando en el desamparo y en el desespero a muchas personas y familias, de la clase obrera, abocándolas a contraer enfermedades y en no pocos casos, a  suicidarse.


Es vital y urgente comprender que tanto CC OO como I.U. (UGT es otra cuestión y habría que hacer matices más graves, ya que aún tiene el cordón umbilical conectado con el PSOE) son ya, dos herramientas melladas y oxidadas que no sirven. Por eso, en tanto siguen apareciendo como representantes de los intereses de los trabajadores y del pueblo, deben pagar con descrédito, ante estos, por ser culpables de la desmovilización, no convocando huelgas generales con todas sus consecuencias y continuando cruzados de brazos frente a los escandalosos ataques contra “sus representados”. En todo caso, ambas organizaciones pretenden justificarse mediante “sus bases”, en luchas y manifestaciones limitadas y atomizadas. En este desastre I.U. aguanta y aguarda tras de los burladeros del oportunismo electoralista. Están ahí, jugando un papel obstaculizador, para evitar que la gente salga masivamente a la calle a luchar contra el capitalismo por un cambio profundo al que llama la izquierda nítida.
Personalmente, en estos últimos años he aparcado la crítica, hacia estas organizaciones, coincidiendo con la aparición y las movilizaciones del 15M y ante la imperiosa necesidad de aunar esfuerzos, de limar asperezas y ganar complicidades con la gente que cada día te encontrabas igualmente participando y dando muestras de preocupación por la situación y por lo que se veía venir. Pensaba que, por ello, los aparatos de los dos grandes sindicatos, (especialmente de CC OO y su correa política de transmisión  I.U.) a lo mejor comprenderían y se verían obligados a contar con todas las organizaciones alternativas, para hacer un frente general, tal y como había surgido por la base, para frenar a los capitalistas y a sus títeres políticos instalados en la Administración.


Para pararle los pies, estaba claro que había que desplegar toda la fuerza de la clase obrera unida, (ya que los ataques administrativos afectaban a todos en general) y los únicos que tenían esos  resortes, para aunar masivamente, eran los sindicatos CC OO y UGT.
Por tanto, no era descabellado creer que a estos dos sindicatos, cuanto menos, les interesaba llegar a conseguir un “empate” con el capital y el Gobierno; es decir, procurar alcanzar un statu quo que, sin cuestionar al capitalismo, les permitiera lavarse la cara delante de l@s trabajador@s, consiguiendo frenar los recortes laborales, los desahucios, las privatizaciones de los servicios esenciales y otras medidas por el estilo inaceptables. Todo y a pesar de los esfuerzos que al mismo tiempo deberían de haber hecho para conseguir neutralizar a toda la izquierda alternativa y rupturista.
De este panorama todos éramos conscientes (la troika, el Ibex y sus lacayos administrativos, los “reformistas” CC OO, UGT y I.U. y el resto de fuerzas de la izquierda radical) y lo que nos da como resultado, tras de todo este tiempo de prácticas fallidas para los intereses de las clases populares, es que, quienes aparentemente están situados en el sindicalismo “reformista”, en resumidas cuentas, donde realmente han demostrado estar es al lado de los peligrosos enemigos de los trabajadores, en vez de con estos, producto de los vergonzantes apaños que conocemos y de los que ocultan. Ello nos deja, la lamentable evidencia de que los tienen agarrados en una enorme telaraña de corrupción de la que no pueden salir,  por todos los vergonzantes apaños que conocemos y los que deben ocultan.


A lo largo de  más 30 años de mala práctica sindical, con sindicalistas veteranos y cuadros nuevos, se han fraguado cantidad de ataduras. Ataduras que en este largo recorrido fueron socavando la conciencia de clase en el conjunto de la afiliación sindical, hasta perder la noción de lo que estaba ocurriendo. Esto fue posible, fruto de una penosa formación política que habíamos recibido los cuadros comunistas activos en CC OO. Y fueron los ineptos fantasmones que en esos momentos se encontraban al frente de las organizaciones que  debían rectificar y refundar el comunismo, quienes abortaron los conatos y las  oportunidades que hubo para retomar el camino del sindicalismo sociopolítico y revolucionario.
Todo y así, a pesar de muchos años de militancia sindical degenerativa, pienso que aún hay muchos militantes veteranos y jóvenes capaces de comprender y dar el salto a organizaciones alternativas para acudir al rescate del sindicalismo que jamás debió  abandonarse. Es responsabilidad de todas las personas honestas que han dado gran parte de su vida en la lucha contra la explotación del hombre por el hombre, de dejar a las nuevas generaciones de revolucionarios, un panorama organizativo infinitamente mejor para la defensa de su clase.


En resumen: las organizaciones políticas y sindicales no son como los clubes de futbol, de los que se suele ser toda la vida ganen o pierdan, estas son herramientas para la defensa de los intereses de clase que dicen representar. Pero si esto no se cumple, si el papel que juegan es contrario a lo previsto, si los aparatos se han convertido en un  estorbo, incluso peor aún, en una herramienta útil para él enemigo; entonces, desde la consecuencia y la honestidad, no tiene ningún sentido seguir en esas organizaciones, ya que lo único que se hace es contribuir al desastre permanentemente de la derrota.  
A personas que llevan toda la vida en la lucha, que dicen ser marxistas, es muy triste escucharles valoraciones ensalzando a otras personas porque han sido fieles durante toda su vida a una organización política o sindical. Sin embargo lo que debería contar (si razonamos desde la izquierda) es la coherencia de unas ideas que propugna por la justicia y la solidaridad entre los seres humanos. Y justo por ello, los marxistas nos procuramos herramientas, que son las organizaciones subversivas, para acabar con el sistema aberrante que actúa de un modo criminal contra la humanidad y el ecosistema.
De manera que, las ideas son lo fundamental y para llevarlas a término, las organizaciones configuradas para tal fin deben dar ejemplo y resultados. Resultados que pueden ser insatisfactorios y hasta de retrocesos si éstos suceden en base a errores que pueden cometerse sin querer; pero lo que no puede ser es, que se produzcan resultados negativos, como consecuencia de que las organizaciones han dejado de servir a las ideas que las crearon.


Lo cierto es que estas organizaciones sindicales (CC OO y UGT), han dejado de luchar por los intereses de los trabajadores, mientras que la organización política, I.U., ha olvidado el proyecto de transformar el mundo, con una práctica consecuente. Por eso, tanto en un caso como en otro, si la organización no cumple su cometido, se convierte en una herramienta inservible y por tanto debe abandonarse para conseguir una nueva que vuelva a ser útil al proyecto de transformación social.
Justamente, a todos nos consta que es algo parecido lo que teorizan los dirigentes y militantes de Izquierda Unida, cuando critica al PSOE, tratando de convencer a sus afiliados y votantes. I.U. intenta monopolizar ese espacio que ocupa la izquierda, “llamada responsable”, que es la que no cuestiona la práctica “democrática” del actual sistema. I.U. pretende hacerse con el espacio y el juego político de democracia formal que el PSOE desechó. Los socialistas, tras de la muerte del dictador, pisotearon su propia historia, dejaron de ser reformistas de izquierdas y pasaron a ejercer una política económica de derechas.
La historia está plagada de ejemplos en los que, cuando las organizaciones, que nacieron  con una misión de llegar a una meta, desviaron el rumbo y desde dentro de las mismas se demostró imposible el poder volver a retomarlo; la gente más consciente y consecuente, no tuvo más remedio que (de uno u otro modo) reconstruir de nuevo esas organizaciones con los mismos contenidos y finalidad.

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