Hoy el mundo, gobiernos, empresas, y hogares, cargan sobre sus espaldas cerca de 50 billones más de deuda que hace 8 años. Esto significa un aumento del 50% del endeudamiento mundial en sólo siete años, con la mayoría de este aumento absorbido por compañías de países emergentes que se endeudaron alegremente al calor de los altos precios de las materias primas y un dólar barato.
Sin embargo esta vez, a diferencia de los fuertes aumentos de deuda experimentados en los años 80 y 90, esta tercera ola de deuda viene acompañada de un crecimiento económico casi nulo.
Hablando de olas, los chicos de Goldman Sachs entienden que la actual crisis que viven los países emergentes es la tercera ola de una misma crisis, que primero golpeo a los bancos en EEUU y Europa, después causó una crisis de deuda soberana y ahora se traslada a los denominados países emergentes.
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