El Ayuntamiento de Madrid trabaja en cómo regular los pisos turísticos para atajar la subida desproporcionada del precio del alquiler en el centro de la capital, de manera que se pueda sancionar a quien utilice una vivienda de uso residencial para uso turístico más de determinados días al año.
“Este año es clave para sacar adelante una regulación de los apartamentos turísticos”, dice el concejal del distrito Centro, Jorge García Castaño, que se muestra en una entrevista con Efe “muy preocupado” por el fenómeno creciente de los apartamentos para el alquiler turístico que se ofertan a través de plataformas como Airbnb y que está provocando, según asegura, subidas de las rentas de un 15 % anuales en los barrios del centro.
Para poner cota a ese fenómeno, según Jorge García Castaño, “lo principal es definir qué es el uso residencial” y asegurarse de que las viviendas se utilizan para vivir y no para “sacar por la puerta de atrás” miles de plazas hoteleras.
“Hay que poner un criterio que diga cuándo una vivienda es vivienda y cuándo se está convirtiendo en una plaza hotelera”, señala el edil.
“Si tú coges una vivienda en la tercera planta del barrio de Salamanca y la conviertes en oficina, el ayuntamiento te pone una sanción de disciplina urbanística. Pues eso mismo hay que hacer con las viviendas de uso turístico: hay que regular un máximo de días al año en los cuales tú puedas alquilar tu casa”, explica Jorge García Castaño.
Y apunta además que es necesario “definir” ese procedimiento: “¿De qué manera? Seguramente poniendo un máximo de días al año en que se pueda alquilar la vivienda, y por supuesto tiene que haber una autorización o licencia. Seguramente haya una carga o un desincentivo fiscal y seguramente haya una zonificación y se delimiten zonas de saturación donde el efecto sobre el alquiler es tan profundo que no se puedan permitir más viviendas turísticas”.
El concejal del distrito Centro asegura que están empezando a trabajar sobre este asunto con la Comunidad de Madrid y señala la gestión del turismo como el segundo gran reto para la capital española, después del cambio en movilidad.
“Es un problema muy complejo porque lo que vemos en todas las cifras de turismo es que no para de crecer. Estamos batiendo récords y los vamos a seguir batiendo. ¿Cómo vamos a distribuir el turismo por la ciudad? Yo creo que tenemos que promover un centro mucho más amplio, que podría englobar desde Cuatro Caminos a Matadero”, sugiere.
El edil del equipo de Manuela Carmena apunta además que tienen que generarse “ejes turísticos en otras zonas” de la ciudad.
“Hay que publicitar el distrito de Salamanca, Arganzuela, Chamberí y también Usera, que es nuestro Chinatown, porque Madrid tiene mucho más que ofrecer y me da la sensación de que somos sota, caballo y rey. Saturamos el centro de turistas y encima les damos una experiencia poco enriquecedora”, opina.
Y señala además que desde el ayuntamiento se están fomentando nuevos ejes turísticos fuera del Centro como el Beti Jai en Chamberí, la Quinta de Torre Arias o la Nave Boetticher, mientras que los edificios disponibles en el centro se dedicarán a “equipamientos de barrio” en lugar de a crear nuevas atracciones turísticas.
A través de esta 'descentralización', el Ayuntamiento de Madrid quiere crear nuevos puntos de interés que mitiguen la presión turística sobre el centro de la capital al mismo tiempo que, según Jorge García Castaño, “hay que trabajar para evitar los cambios de uso residenciales a hoteleros en el centro y que se vayan esponjando más por la ciudad”.
Más restricciones en Barcelona
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha elaborado un nuevo plan de alojamientos turísticos que amplía el número de barrios de la ciudad en los que no se permitirá abrir nuevas camas, incluso si se produce algún cierre anterior.
Este plan más restrictivo con las aperturas de camas turísticas sumará a la zona considerada ya de máximo control a los barrios de Hostafrancs, Sant Antoni, Poblenou y Vila Olímpica.
Con esta propuesta del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat), el equipo municipal que lidera Ada Colau pretende conseguir los apoyos de ERC y de la CUP para poder así aprobar la normativa en las próximas semanas.
Hasta ahora, el plan consideraba zona de máximo control el distrito de Ciutat Vella y buena parte del Eixample.
Además, toda la zona comprendida por el 22@ tendría una protección especial y sólo cuando se cierre un establecimiento hotelero se podría abrir otro con el mismo número de plazas.
La aprobación del nuevo Peuat urge al gobierno municipal, ya que a mediados de marzo vence la suspensión de licencias del plan de usos de Gràcia, que también afecta a los alojamientos turísticos, y si no hay acuerdo se levantaría la suspensión.
La voluntad del consistorio es llevar el nuevo plan a la comisión de Urbanismo de este martes y después al pleno de final de mes, aunque también podría ser aprobado en un pleno extraordinario.
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