Con humor, pero con ojo crítico, la Confederación Intersindical Gallega (CIG) ha felicitado las fiestas a los trabajadores públicos, pidiéndoles que no colaboren en las tareas de reparto de los regalos que en estas fechas llegan, sobre todo, por Correos, al departamento de paquetería de la Xunta de Galicia.
La CIG destaca que este año los obsequios "parece que vinieron con el ciclón 'Ana', porque llegaron con más fuerza, en más cantidad y a donde no debían" y advierte de que "se necesita a los trabajadores públicos para que lleguen al despacho adecuado". Por ello piden que no se colabore en este tipo de labores, que "para nada son el trabajo que se debería desempeñar en una administración que estuviera al servicio de la ciudadanía, una administración moderna, rápida y eficaz, con una normativa que prohibiera o limitara estas prácticas".
"Si algunos de los trabajadores públicos tuviera alguna duda sobre este tema", añaden, "que se dirija a los delegados de cualquier servicio de información de la CIG".
Prohibidos los de más de 90 euros
El tema de los regalos de Navidad y la conveniencia o no de aceptarlos lleva años centrando el debate. En 2014 el Gobierno gallego aprobó un código ético en el que se prohíbe a los miembros del Ejecutivo, altos cargos, personal eventual y empleados públicos aceptar obsequios que superen el valor de 90 euros. Este manual de buenas prácticas fija los criterios de "conducta y responsabilidad" de las personas que ejercen funciones públicas en la Administración y recoge que no podrán "aceptar, recibir o solicitar ningún regalo, dádiva, beneficio o favor ni para sí mismo ni para su círculo familiar inmediato, por parte de personas físicas o jurídicas".
Las cajas de Vega Sicilia
Sin embargo, este tipo de presentes le ha jugado una mala pasada al Gobierno de Alberto Núñez Feijoo en más de una ocasión. En diciembre de 2016 se hizo público que, según figuraba en los informes de la Agenica Tributaria elaborados a instancias de la juez de Lugo Pilar de Lara, éste había recibido entre 2006 y 2013 en estas fechas cajas de vino de Vega Sicilia valoradas en hasta 670 euros cada una. Las enviaba Raúl López, el magnate gallego del transporte, dueño, entre otras empresas, de Monbus. El Ministerio Fiscal esgrimió entonces que "la recepción de un obsequio en Navidad por los valores habituales no constituye delito". "La tipicidad o atipicidad de los regalos que las empresas envían a autoridades y funcionarios es una cuestión dinámica que es objeto de interpretaciones y revisiones dispares por los jueces y fiscales españoles", indicó.
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