Javier Lamparero pertenece a la cuarta generación del negocio familiar. Su empresa, Transformados del Sur, nació en Córdoba en 1933 y renació en 2005, cuando pasó de transformar tejidos a diseñar sus propias prendas bajo la marca Spagnolo. "La confección en España era cada vez más complicada. Vendíamos tejidos, pero los confeccionistas desaparecían porque las grandes firmas, Zara o El Corte Inglés, se posicionaban", cuenta. "Creamos nuestra marca y diseños: todo es nuestro fabriquemos donde fabriquemos. Es un tema que no me asusta. Todas las firmas del mundo con cierto volumen fabrican en China".
La historia de Spagnolo se parecería a la de muchas empresas patrias si no fuera por dos pequeños detalles: su logotipo son dos banderas españolas cruzadas y su lema es "Comprometidos con lo nuestro: España". "Cuando decimos que nos sentimos patriotas es porque nos sentimos comprometidos con lo que el país aúna. Dentro de eso está la bandera", explica. Por el logotipo, además, estuvo nueve años enfrascada en juicios con otra empresa (Camisería La Española) y llegó a cobrar una indemnización de 125.000 euros, al determinar el Juzgado de lo Mercantil de Madrid que Spagnolo tenía derecho exclusivo a escribir las letras de la marca usando el patrón rojo-amarillo-rojo. Ni el término 'español' ni las banderas cruzadas le pertenecen, eso sí.
"Nacimos con un logo, la S con los dos colores. Al año siguiente, registramos las banderas cruzadas. Y empezaron a salir competidores", continúa. "Denunciamos que La Camisería Española copiaba nuestros diseños rojo-amarillo-rojo, simulando la bandera - y creaba confusión. Nueve años después dictaminaron a nuestro favor, aunque la lentitud de la justicia nos ha hecho un flaco favor".
La Camisería Española y Spagnolo son dos de las empresas que están haciendo caja con su ropa 'marca España'. La Camisería es pequeña - en 2017 ingresó 2,3 millones de euros - pero Spagnolo cerrará 2018 con 18 millones de facturación, según sus datos. A diferencia de su competidora, que destaca que toda la fabricación es nacional, Spagnolo deslocaliza parte de su producción: en China, India, Tánger y Portugal. "Y estamos en conversaciones para hacer prendas con Turquía", añade el empresario. ¿Cómo se explica que una marca que vende compromiso con el país se lleve la producción fuera? "Desafortunadamente", dice Lamparero, "no encuentro talleres a nivel nacional capaces de absorber la producción que la empresa tiene hoy".
Spagnolo vende camisas, jerseys, cinturones, pantalones, calzado y abrigos, entre otras cosas. Las camisas, unas 400.000 por temporada, se hacen en Córdoba. Pero las parkas, chaquetas y cazadoras (alrededor de 30.000 al año), no. Su caso es similar al de la madrileña Pi2010, una tienda online con camisas y complementos decorados con la bandera (y un logotipo similar al de Spagnolo) que en varios de ellos presume de fabricación española, pero en otros no puede. "Las camisas se hacen en Córdoba", explican. "Todo lo que se puede se busca en España. Pero las cazadoras son de fuera". Los polos tampoco llevan el sello de 'hecho en España' y, a tenor de algunas opiniones de sus clientes en Amazon, son "baratos" y de "mala calidad".
Como muchas compañías nacionales que fabrican en China —de ropa, como Mango o Inditex, complementos, como Hawkers, o electrónica, como Cecotec o BQ— las razones de estos empresarios "patriotas" no solo tienen que ver con el coste, que también, sino con el volumen y la rapidez. Las fábricas allí tienen más capacidad. "Si lo hiciéramos aquí, tendría que estar en seis talleres diferentes. Es un riesgo", continúa Lamparero. "Otro hándicap es el tiempo. Tenemos tiendas propias, así que necesitamos tener la ropa antes que los clientes multimarca. Es muy importante".
Piel de Toro, una marca sevillana, llenó el año pasado las marquesinas de Barcelona con la cara de José Manuel Soto sobre una bandera que decía "orgullosamente españoles". Su ropa, que también incluye polos con la rojigualda, no está íntegramente fabricada en España pero sí en Europa, según su web. En Polo Horse, una pequeña empresa malagueña que lanzó colecciones con bandera hace años, dejaron de hacerlo por razones políticas "Al principio gustaba. En Fuengirola tenemos público extranjero que compraba esa ropa", explica su director comercial, Andrés Cuenca. "Pero ahora está peor visto y no quisimos enfocarnos en una única línea. Tenemos clientes en el norte que no quieren eso. Además, si pusiéramos un escaparate con la bandera nos tacharían de votar a VOX".
Cuenca, que sí presume de producción nacional ("sólo un 20% o 25% se hace fuera, en Portugal") explica que sus experiencias en fábricas de China y Marruecos no han sido del todo positivas. "Hay dos patrones: la calidad y la forma de trabajar. Las grandes empresas tienen representantes allí que supervisan, así que el producto coincide con la muestra que la fábrica manda. Si no lo tienes, la muestra que te envían es espectacular y luego la prenda no tiene nada que ver". En Marruecos, añade, donde Inditex tiene deslocalizada parte de su producción, la calidad es buena y la mano de obra muy barata, pero los costes de aranceles hacen que solo sea rentable para grandes empresas. "De cara al empresario, tienen que salir los números, aunque éticamente no esté bien. Y menos si presumes de marca española", dice.
"Fabricar aquí es 50 céntimos más caro que en China"
"Aquí en España es más caro, sí. Pero ya no tanto más caro, como hace unos años. Comprando el tejido en Priego de Córdoba y fabricando en Córdoba me sale 50 céntimos más caro que en China", continúan desde Spagnolo. "Juegan las dos variables, pero hay que contar una tercera. Tenemos 110 empleados en España: hay que pagar infraestructura, locales, la nave... Cuando los costes no me salen por un lado, tengo que buscar otras variables. Me encantaría fabricarlo todo aquí, pero eso condicionaría las ventas y no podría pagarlo".
Las ventas, por otro lado, van bien. Spagnolo aumentará un 30% su facturación este año y tiene previstas aperturas en Chile y México. "Y no vamos a cambiar nuestro logo. Te sorprendería la aceptación que tiene nuestra bandera en países latinoamericanos. Tampoco te engaño si te digo que aquí no todo el mundo se la pone a gusto por el qué dirán". Aunque sus puntos fuertes de venta están en Andalucía y quieren crecer en Madrid (donde distribuyen en El Corte Inglés), reconocen que en ventas online han visto un crecimiento notable en Cataluña. "Desde que salió el tema del independentismo sí hemos visto crecimiento, porque el que estaba escondido ya no se esconde", concluye Lamparero.
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