"La semana pasada me ingresó este paciente con alzhéimer severo de 90 años [...]. Procede de una residencia geriátrica, sin familia, cuya medicación incluye... sólo 20 fármacos diarios. Al alta recomiendo suspender 13 de ellos... para empezar". Así explicaba en Twitter lo sucedido en una de sus consultas el médico internista del Hospital de Jaca Alberto de Dios (@adedios70), además ilustraba su tuit con una fotografía de todos los medicamentos recetados con anterioridad.
"Lo colgué en internet porque es más común de lo que parece. Quizá no todos son casos tan exagerados como tomar 20 fármacos cada día, pero sí que es corriente el que no se sepan poner límites y que no se tenga en cuenta la calidad de vida del paciente", explica a 65Ymás.
Así, para este caso concreto el médico recomendó a su paciente dejar de tomar Sintrom y Aspirina: "Son medicamentos preventivos y, en un caso de alzhéimer avanzado, interesa poco darlo si el riesgo de sangrado es mayor que sus beneficios. Queremos que no sufra, no la prevención a largo plazo".
Otro comprimido que el internista no ha vuelto a recetar ha sido la Somazina. A su parecer, este medicamento, que se suele usar para pacientes con demencia, no tiene ninguna eficacia demostrada. "Es añadir pastillas con más efectos secundarios", apunta. Y añade: "El mercado está lleno de medicamentos inútiles o de nula eficacia que le damos a los mayores. Por ejemplo, muchos de los medicamentos contra la demencia han dejado de financiarse en Francia porque son carísimos y la mejoría es mínima, comparada con los efectos adversos".
De igual manera, cabe destacar que el médico ha retirado también la vitamina D. "Se da sin indicación la mayoría de veces. Es un medicamento que puede ser tóxico y producir cúmulos de calcio. Hay presiones de las sociedades con conflictos de intereses y de las farmacéuticas para que se sigan vendiendo", sostiene.
Causas del exceso de prescripción
"Probablemente este paciente haya ido a diferentes especialistas y cada uno ha recetado lo suyo. Hace falta un médico general como el de familia, internista o geriatra que revise todo de vez en cuando", defiende. Y es que si este paciente en concreto hubiese tenido la debida supervisión, los profesionales se habrían dado cuenta de que seguía "tomando antidepresivos". "Una persona con alzhéimer avanzado no tiene memoria, no puede tener una depresión. No se pueden hacer tratamientos de por vida para procesos que duran un tiempo", asegura.
Por otra parte, De Dios piensa que si los médicos tuviesen más tiempo para examinar a los pacientes el tratamiento mejoraría. "A mi me ha llevado dos horas hacer la revisión y los médicos de atención primaria tienen 10 minutos", denuncia.
Además, el internista entiende que, en este caso, muchos de los medicamentos como el hierro o el Optovite (vitamina B12) se seguían tomando para contrarrestar los efectos secundarios de otros fármacos. "En vez de recetar B12 hay que cuestionarse por qué este paciente toma Omeprazol de por vida, cuando los protectores gástricos no son para siempre", concluye.
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