Recientemente la histórica Plaza del Arco del Puente en Córdoba resonó con las voces de cientos pertenecientes a más de medio centenar de colectivos sociales, medioambientales y agrarios. Coincidiendo con la visita de los líderes agrícolas de la Unión Europea a la emblemática mezquita, un puñado de activistas cambiaron la estética del Puente Romano con luces modeladas como frutas y verduras, y también destacaron su mensaje en las paredes de la Mezquita.
El mensaje fue claro: es esencial una transformación en cómo abordamos nuestra producción y consumo de alimentos. En una era marcada por desafíos globales como el cambio climático y recientes perturbaciones, desde pandemias hasta conflictos y sequías, el modelo alimenticio actual ha mostrado sus fisuras.
El llamado es para que Europa pivote hacia prácticas de agroecología, centradas en la soberanía alimentaria y equidad de género. La urgencia de esta transición se hizo aún más apremiante dado el propósito de la visita de los líderes: discutir "Las nuevas tecnologías para una agricultura más resiliente".
Con pancartas y batucadas, los manifestantes hicieron un llamado poderoso para alejarse de soluciones temporales y adoptar un enfoque más sostenible y justo. Piden un apoyo firme a las pequeñas granjas y prácticas agrícolas sostenibles, garantizando precios justos para productores y consumidores. Frente a la crisis ecológica, también alzaron su voz contra proyectos que dañan la biodiversidad y la integridad de los ecosistemas. Además, enfatizaron en la necesidad de combatir la precariedad laboral que afecta particularmente a las mujeres y migrantes en la industria alimentaria.
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