La reciente aprobación por el Parlamento griego de la reforma laboral propuesta por el gobierno liderado por el Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis ha causado gran revuelo en el país. Esta nueva legislación posibilita una jornada laboral de hasta 13 horas al día, si el trabajador tiene dos empleadores.
Bajo esta normativa, las empresas pueden exigir a sus empleados que trabajen un sexto día, ya sea sábado o domingo. Además, se les permite alterar el horario de trabajo de un empleado con solo un aviso de 24 horas, adaptándolo según las demandas productivas. La reforma también presenta una categoría para "empleados de guardia", quienes no tendrán un horario establecido, sino que estarán a disposición según las necesidades de su empleador, con un aviso previo de 24 horas.
La respuesta de la ciudadanía no se ha hecho esperar. Grandes protestas se han llevado a cabo en diversas ciudades griegas, con miles alzando su voz contra lo que consideran una erosión de sus derechos laborales. Atenas, la capital, vio a más de 6.000 manifestantes, y otros puntos del país también fueron escenarios de grandes congregaciones.
Las manifestaciones contaron con la participación de líderes opositores, como Sokratis Famelos del partido Syriza y Dimitris Kutsubas del Partido Comunista de Grecia. Syriza condenó la reforma, acusando al gobierno de desregular derechos laborales esenciales en favor de grandes corporaciones.
A pesar de la oposición, la reforma fue aprobada gracias a la mayoría parlamentaria que posee el partido Nueva Democracia, liderado por Mitsotakis. Esta no es la primera vez que su administración introduce cambios laborales controvertidos, recordando reformas similares presentadas en 2021.
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