La Unión Europea avanza hacia la adopción de tecnologías de ingeniería genética de vanguardia en su estrategia agrícola. La Comisión Europea ha puesto en la mesa una propuesta para reglamentar técnicas modernas de edición genómica en plantas, incluyendo métodos como CRISPR Cas9 y la cisgénesis, que difieren de los organismos genéticamente modificados (OGM) tradicionales.
La comisaria europea de Seguridad Alimentaria ha indicado que el objetivo es proporcionar a los agricultores las herramientas para producir alimentos saludables y seguros, adaptados al cambio climático, con resiliencia a enfermedades y plagas, y con un enfoque respetuoso con el medio ambiente.
A diferencia de los OGM, donde se introduce ADN foráneo, estas técnicas editan el genoma original de la planta o introducen material genético equivalente. En términos simples, podríamos decir que en la cisgénesis se añade código genético de la misma especie o familia de la planta, y en la mutagénesis se sustituyen métodos tradicionales de mutación por soluciones de ingeniería genética más precisas.
La propuesta pretende igualar el terreno de juego con gigantes como China y Estados Unidos, que ya han avanzado en la adopción de estas tecnologías. Sin embargo, ha suscitado controversias, con opositores a la propuesta citando la necesidad de proteger la biodiversidad y los posibles riesgos asociados con estas técnicas.
Los defensores de la edición genómica argumentan que proporcionará a los agricultores acceso a cultivos más resistentes que requieren menos pesticidas, y ayudará a la UE a mantenerse competitiva en la carrera agrícola global. Sin embargo, aún quedan preguntas sobre cómo se tratarán las patentes y cómo se rastrearán las modificaciones, ya que las mutaciones no se pueden detectar fácilmente.
Ahora, la gran pregunta es, ¿estás listo para el futuro de los alimentos modificados genéticamente?
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