Hace un año fue lanzado el Plan Juncker, un programa que pretendía movilizar 315.000 millones de euros en tres años para relanzar la inversión en Europa apadrinado por el luxemburgués entonces recién elegido presidente de la Comisión Europea (que en aquellos momentos afrontaba los primeros coletazos del escándalo LuxLeaks, aún coleando). Hoy nadie habla de este plan, que sin embargo funciona: 34 proyectos han recibido 5.300 millones de euros aunque en total se han movilizado más de 23.000 millones sumando la inversión privada, muy presente en el Plan Juncker. Y probablemente serán 50.000 millones movilizados al cierre de 2015, según datos de la Comisión.
Pero en el primer año de esta suerte de New Dealcomunitario los fondos se han utilizado de manera desigual. Ningún proyecto ha recibido el respaldo del –también conocido como- Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas en Grecia, el estado paria de la Unión que se encuentra actualmente negociando con los acreedores un tramo de 1.000 millones antes del 11 de diciembre y que encara una crisis de refugiados sin precedentes que amenaza al país con la expulsión temporal de Schengen.
Son datos de la propia Comisión y del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo financiero del Plan Juncker. "El EFSI (siglas en inglés del Fondo) es un instrumento financiero que antes no existía y muchos estados como Grecia aún no han captado fondos. Pero esperamos que la situación se revierta próximamente”, indican en el Ejecutivo comunitario. “Bien debido las trabas burocráticas y administrativas que hemos encontrado, bien porque los proyectos griegos no reunían las condiciones principales".
No todos los estados miembros han accedido a fondos, pero hay una buena hornada. De abril a noviembre han captado financiación proyectos en España, Italia, Francia, Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Bélgica, Croacia… Para obtener respaldo económico, hay una serie de sectores que son subvencionables (I+D+i, energía, transportes, pymes…), y estos deben reunir una serie de requisitos: ser viables, estar centrados en la economía real, suponer un incentivo para el sector privado y no tener ninguna condicionalidad geográfica, lo que se traduce en que hay países que podrían quedarse sin proyectos financiables. El colapso del sector público en Grecia y la necesidad de aportar una cuantía mínima de compromisos del Estado en los proyectos tiene paralizados también el desembolso de parte de los fondos estructurales.
En el Gobierno heleno rechazan por ahora dar una versión y aducen "estar completamente ocupados" en el drama de los refugiados y en las negociaciones con la antigua Troika para recibir la última parte del rescate de 2015.
El Plan Juncker cobró su importancia durante las agónicas discusiones con Grecia, que concluyeron la mañana del 13 de julio con un acuerdo. En mayo, varios medios helenos citaron una propuesta de la Comisión para transferir 5.000 millones con carácter urgente a proyectos en este país como medida de acercamiento. La movilización de fondos como moneda de cambio siempre fue un asunto recurrente en las conversaciones dentro de la zona euro.
En la Comisión insisten en que hay separar “otros fondos” (como los estructurales o de cohesión) del Plan Juncker. Portavoces del BEI, radicado en Luxemburgo, inciden en que esperan que los proyectos griegos capten fondos en los próximos meses. "Claramente tenemos interés en que este tipo de proyectos lleguen a Grecia y estamos cerca de conseguirlo", afirma una fuente oficial. “Necesitamos clarificar las propuestas y atraer la confianza de los bancos y del sector privado, dos patas que tienen que estar detrás”. Al dinero dispuesto en el plan pueden aplicar tanto entidades públicas como privadas.
En la Banca de Inversión aseguran que hay proyectos financiables por el EFSI recogidos en la web del BEI. En el enlace no obstante tan solo aparecen dos en marcha en el ejercicio 2015: el oleoducto transadriático, que incluye a Italia y Albania; e infraestructura municipal en la ciudad de Tesalónica. Según la Comisión y el BEI, un Centro Europeo de Asesoramiento para la Inversión está ya en marcha para asesorar al sector público y privado de los estados miembros sobre posibles proyectos ganadores.
En realidad, el Plan Juncker lleva operativo algo menos de medio año en lo que se refiere a la aprobación de proyectos con la consiguiente financiación. Por eso en las instituciones europeas defienden que se trata de un Fondo Estratégico que está recogiendo los frutos esperados al haber movilizado miles de millones en poco tiempo. La Comisión lleva tiempo reconociendo contactos con inversores chinos que podrían estar interesados en invertir en la UE con las garantías que ofrece el EFSI.
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