Tras la victoria de Trump en las elecciones de noviembre, la protesta se popularizó en Facebook (en un principio se planteó como “la marcha del millón de mujeres”) y su intención era finalizar en el Lincoln Memorial de forma histórica. No pudieron acabar ahí porque la ciudad tuvo que organizarse frente al alud de marchas que se plantearon durante la jornada –también hay una bicicletada pro Trump u otra protesta Provida, por ejemplo–, pero esta fue, sin duda, la más multitudinaria. La manifestación contó con la participación de ponentes como Gloria Steinem, Harry Belafonte, Michael Moore, Angela Davis u otras celebrities como Scarlett Johansson o America Ferrara. Y si algo fue común y significativo en las imágenes que se vieron de la marcha, fue el comprobar cómo todo el mundo viste un gorro rosa de forma simbólica.
Patti Smith, Krysten Ritter y Whoopi Goldberg luciendo su ‘Pussy hat’.
Foto: Instagram
Jayna, una de las responsables de la iniciativa, nos contó por correo electrónico que calculaban “haber tejido más de 100.000 gorritos“. Solo su socia Krista llevó 5.000 gorritos para repartir gratis en la marcha de Washington. “Nuestra intención era crear un oceáno de color rosa para la manifestación, ofrecer un mensaje visual que distinguiese a esta protesta y que los que no puedan acudir por motivos médicos, financieros o de agenda pudiesen vestir un símbolo que da apoyo a la Women’s March”.
Varias mujeres tejiendo sus gorritos rosas en Colorado el pasado 15 de enero.
Foto: Getty
Frente a otras activistas feministas y anti Trump que rechazaron acudir a la marcha (como, por ejemplo, Roxanne Gay, que cree que excluye a los hombres), Zweiman, que no pudo acudir a la manifestación por motivos médicos –está de baja por una caída–, tiene claro por qué la apoya. “Todo el mundo tiene derecho a tener su opinión sobre la marcha. Yo empecé esto para apoyar y dar más visibilidad a la gente que se preocupa por los derechos de las mujeres. Lo hice porque nadie es libre hasta que todos lo seamos y sentí que necesitaba alzar la voz y usar mis habilidades para defender, luchar y proteger los derechos femeninos”. Ayer esa necesidad personal de plantarse ante la misoginia que asoma en EEUU –el congreso republicano ya ha aprobado recortes drásticos en la red de Planificación Familiar– se tradujo en un mar de miles de cabezas rosas unidas cruzando Washington.
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