El desarrollo de los acontecimientos
en Cataluña está generando muchas discusiones en torno a la licitud, la
legitimidad o la legalidad de algunos actos, bien por parte del Govern
catalán bien por el español. Se debate, por ejemplo, si es el gobierno
el que actúa de forma unilateral o lo hace con el aval de los jueces o
tribunales, se debate también si unas acciones consideradas ilegales por
los jueces logran legitimidad cuando son apoyadas por cientos de miles
de personas en la calle. Todo ello, como no, tamizado por los medios de
comunicación, que son el filtro con el que hace tiempo que los
ciudadanos ven la realidad. Estos elementos me hacen apreciar algunas
similitudes con Venezuela que vale la pena analizar para, entre otras
cosas, dejar en evidencia el doble rasero de muchos. Sin embargo,
existen algunos elementos diferentes que también debemos tener en
cuenta. Veamos.
Reivindicaciones y manifestaciones
Similitudes:
Tanto en Venezuela como en Cataluña
miles de manifestantes salieron a la calle con exigencias que no se
ajustaban a las legislaciones vigentes ni contaban con el apoyo
legislativo suficiente en los órganos competentes. En Venezuela pedían
la dimisión del presidente y la suspensión de la elección de la Asamblea
Constituyente (convocada por Maduro con el aval de la Constitución),
ninguna de esas dos reivindicaciones contaban con apoyo legal. En
Cataluña piden que sea vinculante el referéndum del 1 de octubre, lo
cual tampoco se ajusta a la legalidad española.
Muchas de las voces que destacaban
los miles de manifestantes opositores en Venezuela y la necesidad de que
el gobierno de Maduro negociara o aceptara esas exigencias, cuando se
trata de España se limitan a recordar la legalidad y exigir a los
manifestantes y políticos independentistas que abandonen la ilegalidad y
acepten el orden constitucional. Precisamente ese era el argumento
esgrimido por los defensores del chavismo: la oposición no había ganado
las elecciones presidenciales por lo que debían aceptar al presidente
elegido así como la decisiones que tomara en el marco de sus
competencias legales.
Diferencias:
Mientras que las manifestaciones
catalanas siempre fueron pacíficas, las venezolanas resultaban
extremadamente violentas. En Venezuela los opositores asesinaron a tiros a candidatos partidarios del gobierno, quemaron vivos a varios ciudadanos chavistas y en un mismo día resultaron heridos por arma de fuego 21 policías. A pesar de ello, los gobernantes españoles y la mayoría de los medios de comunicación calificaban al gobierno venezolano de dictadura violenta y apoyaban a la oposición. En cambio, cuando se trataba de Cataluña, defendían la legalidad del español, minimizando la violencia vivida en las calles.
Referéndum
Similitudes:
Tanto en Venezuela como en Cataluña
se han celebrado dos referéndum desautorizados por los gobiernos del
país y legalmente no vinculantes. El de Venezuela fue el 16 de julio y
lo convocaba la oposición para exigir la suspensión de las elecciones
para una Asamblea Constituyente anunciadas por el presidente Nicolás
Maduro. Ese referéndum no tenía ningún aval en la legislación venezolana
ni contó con garantías democráticas ni reconocimiento internacional. A
pesar de ello fue
calificado por la mayoría de la prensa española de “histórica votación
en la consulta electoral” que “demostraba el músculo de la oposición”.
Igualmente, sucede con el referéndum de Cataluña el 1 de octubre, que
ni tenía encaje vinculante en la legislación española, ni contó con
garantías democráticas ni reconocimiento internacional. Por ello la
mayoría de medios siempre añadían el calificativo de “ilegal” cuando hablaban del referéndum, algo que no habían hecho con el de Venezuela, que lo más crítico que decían de él era llamarle “no oficial”.
Por supuesto no calificaban el referéndum catalán de histórica votación
o músculo independentista, al contrario, insistían en que el resultado no era riguroso ni fiable y no permitía arrogarse la mayoría del pueblo de Cataluña.
Diferencias:
Mientras que el referéndum catalán se desarrolló con cargas policiales, detenciones y cientos de heridos, en Venezuela las autoridades permitieron las votaciones y no hubo ningún tipo de represión policial contra los votantes que pudieron participar sin ningún problema.
Detenciones
Similitudes:
Tanto en Venezuela como en Cataluña,
algunos líderes han terminado en la cárcel. En ambos casos no los ha
encarcelado el gobierno, sino los jueces. Por tanto no es lícito que la
casi unanimidad mediática que afirma que Maduro encarcela políticos opositores e ignora que se trataba de una decisión judicial ahora insista en que los líderes catalanes de Omnium y ANC han ido a prisión por una orden judicial y no por decisión gubernamental.
No es de recibo que en Venezuela Leopoldo López y Antonio Ledezma sean
“presos políticos” y en España Jordi Cuixat y Jordi Sánchez sean
“políticos presos”.
Diferencias:
Aunque todos los encarcelados son
acusados de actuar contra el orden legal (sedición para unos e
instigación pública el otro), las movilizaciones que agitó y lideró
Leopoldo Sánchez fueron violentas y provocaron la muerte de 43 personas,
cientos de heridos y numerosos daños materiales en infraestructuras
públicas y privadas, sin que eso se cite en la prensa cuando se informa
de su encarcelamiento. Las manifestaciones que lideraron Jordi Cuixat y
Jordi Sánchez no provocaron ni muertos ni heridos y los daños materiales se limitaron a tres coches de la guardia civil.
Sistema judicial
Similitudes:
En ambos países el fiscal general y
altos tribunales son elegidos con criterios políticos. En el caso del
fiscal lo eligen los gobiernos, es evidente, por tanto, que son correas
de transmisión del gobierno y su misión es perseguir, en nombre del
Estado, lo que se considera delito. De ahí que si el gobierno considera
delito determinadas actuaciones es lógico que el fiscal inicie el
procedimiento penal y busque la sanción incluso la prisión. Por ello el
fiscal de Venezuela perseguía y solicitaba prisión para los opositores
que entendía que habían cometido algún delito y el español hacia lo
mismo contra los políticos o líderes catalanes.
Diferencias:
Sin embargo, la mayoría de medios españoles no dejaba de insistir en que la justicia venezolana no era independiente y que el gobierno tomaba el control de la fiscalía, como si en España fuese diferente. Se difundieron las imágenes del fiscal del caso Leopoldo López saliendo de Venezuela para instalarse en Estados Unidos
acusando al gobierno de haberle presionado. No dejaba de ser la versión
y la interpretación de una sola persona sin más pruebas, incluso
resultaba ilógico haber aceptado las presiones durante el proceso y solo
después de la sentencia salir del país para denunciarlo, hubiera
bastado con dimitir de su cargo y no aceptar formar parte de la
situación. En cambio, en España, el fiscal general del Estado, fue reprobado por la mayoría de los diputados del Parlamento español.
PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, PNV, ERC y parte del Grupo Mixto
apoyaron una moción que pedía el cese del fiscal por su parcialidad y
“por incumplimiento grave y reiterado de sus funciones”.
Me veo en la necesidad de aclarar que
no estoy tomando partido sobre la cuestión catalana, no es el objeto de
este análisis, solo me limito a exponer dos situaciones y comprobar
que, efectivamente, las comparaciones puede ser odiosas. Y
clarificadoras.
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