Carrefour ha dado un paso populista contra la 'shrinkflation' (reduflación), implementando etiquetas informativas en sus productos en Francia. Estas etiquetas, anunciadas por Alexandre Bompard, presidente del Grupo Carrefour, muestran si un producto ha disminuido su cantidad mientras ha aumentado su precio. Bompard quiere hacerse pasar por un defensor de los consumidores franceses al denunciar esta práctica.
La etiqueta incluye un mensaje claro, por ejemplo en el caso de un refresco Lipton: "Este producto ha visto su capacidad en litros DISMINUIDA y su precio aplicado por el proveedor AUMENTADO. Nos comprometemos a renegociar este precio." Esta iniciativa es parte de la estrategia de Carrefour para presionar a los fabricantes en un contexto de renegociación de precios con proveedores, instigada por el Ministerio de Finanzas y la demagogia política en la cadena alimentaria.
Es por esto que la estrategia de Carrefour también ha sido objeto de críticas. Se acusa a la compañía de aplicar prácticas similares en su marca de distribuidor (marca blanca), como reducir el tamaño de productos como el zumo de pomelo fresco o los tacos de cerdo 'nature'. Estas acciones han llevado a señalamientos de hipocresía, ya que Carrefour denuncia 'shrinkflation' en otros fabricantes mientras emplea prácticas similares en su propia línea de productos.
La controversia pone de relieve que la 'shrinkflation' ha sido una práctica común en los supermercados franceses durante mucho tiempo, pero solo se convierte en un tema de discusión cuando es practicada por otros. La estrategia de Carrefour de alinearse con el Gobierno y enfrentarse a sus proveedores plantea interrogantes sobre su coherencia en esta cuestión.
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