El arquitecto español Santiago Calatrava, famoso por sus innovadoras creaciones pero también por sus polémicos fracasos, como por haberse visto envuelto en diferentes escandalos de corrupción, enfrenta una vez más el escrutinio público. Esta vez, su obra del Estadio Olímpico de Atenas, inaugurada en 2004, ha sido clausurada tras detectarse fallos en la estructura de su techo.
Este estadio, que alberga a unos 70.000 aficionados, es el más imponente en Grecia. Originalmente, había planes de renovación para este año con una inversión prevista de 56,3 millones de euros. Durante las inspecciones preliminares, emergieron los problemas en la cubierta. De igual forma, el Velódromo Olímpico de la ciudad, otra estructura relacionada con los Juegos de 2004, ha cerrado por razones similares.
El Panathinaikos, club que utiliza el estadio para sus enfrentamientos europeos, ha tenido que posponer sus partidos ante los riesgos estructurales detectados. El Comité Olímpico Helénico ha insistido en la pronta resolución del asunto, destacando la importancia del estadio como "el corazón del deporte griego".
El estadio, inaugurado en 1982 bajo el nombre de Spyros Louis, ha tenido una larga trayectoria deportiva. Sin embargo, ya en 2018, hubo preocupaciones relacionadas con la seguridad de la cubierta, tras evidenciarse movimientos inusuales durante un encuentro de la Champions League.
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