En un giro sorprendente de eventos, Amazon, un conocido gigante de comercio electrónico se ha visto obligado a enfrentar su realidad fiscal, pagando una suma sustancial en impuestos y penalizaciones. Tras una exhaustiva inspección de las autoridades fiscales, esta empresa ha desembolsado 68 millones de euros, marcando un hito en la historia de las auditorías fiscales a grandes corporaciones tecnológicas.
La investigación, centrada en la filial publicitaria de la empresa, inició en 2021 y buscaba clarificar dudas sobre los pagos de IVA. Los inspectores de Hacienda se enfocaron en los años fiscales entre 2018 y 2021, revelando una serie de irregularidades. Esta suma incluye 63 millones en impuestos no pagados y 5 millones adicionales en intereses y penalizaciones.
Este caso no es aislado. Otro gigante de la tecnología, IBM, fue sancionado con una multa de 50 millones el año pasado, aunque la cifra impuesta ahora ha establecido un nuevo récord. La filial española, responsable de la gestión de anuncios y servicios para otras empresas del grupo, mostró ingresos significativos en 2022, ascendiendo a 421 millones de euros. Sin embargo, el peso de esta deuda fiscal ha llevado a la filial a buscar apoyo financiero de su casa matriz, con una inyección de 16 millones de euros para estabilizar su situación.
Este acontecimiento no solo destaca la importancia de la responsabilidad fiscal de las corporaciones, sino también pone en relieve las expectativas sociales y éticas hacia las grandes empresas en la era digital.
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