Se ha descubierto que las piscifactorías de truchas en Europa están plagadas de prácticas inhumanas y brutales. La organización ambiental y de derechos de los animales, Compassion in World Farming, ha instado a la Comisión Europea a implementar de manera urgente una legislación que asegure el bienestar de los peces de piscifactoría. La investigación, que se enfocó en varias granjas de truchas en Polonia, ha sacado a la luz imágenes horripilantes de peces siendo sometidos a tratos crueles como la evisceración en vida, la extracción de ojos, la asfixia, y el hacinamiento en contenedores superpoblados.
Además de estas imágenes escalofriantes, se observó el uso de dispositivos eléctricos ineficientes para aturdir a los peces, causándoles un dolor innecesario. Se reportaron también infecciones fúngicas, erosión de las aletas y un ambiente de cría y sacrificio nocivo, que no es un caso aislado, sino más bien una práctica común en la Unión Europea.
El argumento detrás de este llamado a la acción se basa en la creciente evidencia científica de que los peces son seres sensibles y capaces de sentir dolor. Se ha observado que estos animales inteligentes exhiben comportamientos complejos como la exploración, la socialización, y el uso de herramientas.
La situación en España no es diferente, donde se crían millones de peces cada año en condiciones similares. Patricia de Rada, representante de Compassion in World Farming en España, destacó la urgencia de mejorar la protección legal de los peces en granjas, calificando las prácticas observadas de "barbarie".
Esta investigación también ha destacado problemas medioambientales significativos, como la mala calidad del agua en las granjas. Zoë Wanamaker, actriz y colaboradora de la organización, ha expresado su apoyo a la campaña para mejorar el bienestar de los peces de piscifactoría.
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