Un estudio reciente de una importante agencia europea ha revelado la presencia de componentes dañinos en el PVC, un material plástico común en la vida diaria. Este descubrimiento ha suscitado una respuesta inmediata de numerosas ONGs, quienes exigen a la Comisión Europea que prohíba este material antes del 2030. La principal preocupación radica en los aditivos tóxicos del PVC, como los ftalatos, vinculados a alteraciones hormonales y a riesgos de cáncer. Estas sustancias se encuentran en concentraciones peligrosamente bajas y están presentes en el cuerpo del 99% de los europeos, según estudios de biomonitorización.
El informe también destaca la omnipresencia del PVC en productos cotidianos, incluyendo juguetes, envases, y tuberías de agua potable. Además, el ciclo de vida completo del PVC, desde su producción hasta su eliminación, implica la liberación de sustancias nocivas, lo que agrava su impacto en la salud y el medio ambiente. Activistas y expertos en salud pública instan a las autoridades a buscar alternativas más seguras y a implementar regulaciones más estrictas para proteger la salud pública y el medio ambiente.
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