El Financial Times se posiciona a favor del Gobierno heleno de Syriza. En su último editorial, Wolfgang Münchau, anima a Grecia a “no ser el que pestañea primero” y “no admitir una derrota”. “Mi consejo para Yanis Varoufakis (el ministro de Finanzas griego), es ignorar las miradas exasperadas y amenazas veladas, y mantenerse firme" asegura uno de los columnistas 'estrella' del diario y director de Eurointelligence.
Recuerda que el Primer Ministro, Alexis Tsipras, "es miembro del primer gobierno de la zona euro con un mandato democrático para hacer frente a un régimen de política totalmente disfuncional que ha demostrado ser económicamente analfabeto y políticamente insostenible”. Se refiere así, a las medidas de austeridad que son, según el editorialista, “políticas fracasadas”.
Münchau reconoce que la firmeza conlleva sus riesgos, como el de lasalida de la eurozona, pero concluye que “el peor escenario sería que el gobierno griego parpadeara primero, y aceptara la derrota. Si Syriza llegara a ser cooptada en el consenso político, el único partido político que se opondría a las políticas de la austeridad (en Grecia) sería Amanecer Dorado, una formación neonazi”, añade.
“El argumento no es realmente sobre dinero. Solo tomaría un par de economistas en un pub con un lápiz y unos posavasos para hacer las sumas. La disputa es sobre el embalaje. Los griegos quieren un préstamo puente sencillo combinado con un reconocimiento implícitode que los programas de apoyo anteriores han fracasado. Otros están en desacuerdo. Los alemanes apoyan la austeridad por motivos ideológicos. Los portugueses se oponen a cualquier acuerdo paraGrecia, ya que han tomado su medicina de austeridad sin organizar una insurrección”, aclara.
Pararés con anticipación de impuestos, la alternativa para no dejar el euro
Según Münchau Grecia no debe aceptar la prórroga del rescate porque así “ya no estarían obligados por objetivos políticos autodestructivos como el requisito de un superávit presupuestario primario del 3% del PIB. En un país con un desempleo masivo, esa meta es una locura”.
Según el artículo, Atenas debería preparar un Plan B que pase por establecer una moneda paralela al euro. No se trataría necesariamente de papel moneda sino de un instrumento de deuda, emitido por el gobierno, que se utilizaría para ciertos propósitos.
Economistas como el estadounidense Robert Parenteau, ya han lanzado sus ideas. Es lo que llama "pagarés en anticipación de impuestos". Se trataría de pagarés respaldados por futuros ingresos fiscales.
“Existen tales instrumentos en los Estados Unidos en el ámbito estatal. Actúan como un crédito fiscal que permite a los gobiernos para ejecutar un déficit fiscal hasta que la economía se recupere. Con tal instrumento Grecia podría abandonar la austeridad sin abandonar el euro”, destaca el autor. Es sería la segunda mejor opción de Münchau, porque su preferencia, según concluye es que “la zona euro en su conjunto abandone las políticas fallidas de los últimos cinco años, y siga adelante”.
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