El precio de la electricidad proveniente de energía solar marca semana a semana nuevos récords a la baja en la India, en medio de un nuevo marco de garantías que ahuyenta el fantasma del impago y está atrayendo inversores en un contexto internacional de caída de los costos de equipos.
Con una capacidad de producción de energía solar creciendo un 370% en los últimos tres años y un sostenido incremento de inversores, esta semana el estado de Rajastán, en el oeste del país, marcó un récord de precio a la baja de la electricidad, al lograr que una empresa india ofertara el suministro a 2,44 rupias por kilovatio hora (0,037 dólares/0,033 euros).
Se trata del último episodio de una caída constante en los precios desde principios de este año, cuando el mínimo se situaba en 4,34 rupias.
La tendencia ha colocado en este momento a la electricidad de fuentes renovables solares un 47 % más barata que la generada en plantas de hidrocarburos.
El principal motivo para ello, coinciden los expertos, es la firma de un acuerdo el pasado octubre entre el Banco Reserva de la India (central), el Gobierno y dieciséis estados indios diseñando un mecanismo para garantizar a las empresas que los pagos lleguen a tiempo, lo que ha reducido la costosa incertidumbre financiera.
Kanika Chawla, experta en energías renovables del Consejo para la Energía, Medio Ambiente y Agua, explicó a Efe que hasta ahora las distribuidoras eléctricas, generalmente en manos de entes estatales, “incurrían constantemente en impagos por sus dificultades financieras”.
El cambio prevé la garantía por parte del estado central del pago a suministradores de energía solar, lo que ha tenido un impacto directo en la estructura de costos.
Chawla explicó que en la actualidad “algo menos del 30 % de la inversión total sufraga la tecnología y el resto son costes financieros”.
Esta novedad, unida a la caída de precios de los paneles en un 85 % y la aprobación de leyes que permiten a los estados “ofrecer tierras e infraestructuras a un coste muy bajo” ha animado a muchos bancos a financiar los proyectos, explicó Chawla.
“La clave del éxito es que los inversores tienen la tranquilidad de saber que existe un proyecto a largo plazo”, explicó a Efe el director ejecutivo de la Corporación India para la Energía Solar Ashvini Kumar.
Pese al buen momento, algunos expertos se cuestionan la viabilidad a largo plazo de una oferta de precios tan baja,
“Es difícil acceder a datos de las empresas, por lo que no sabemos si los recortes provienen de la reducción de costes de capital, equipos técnicos u otras fuentes”, explicó a Efe la responsable de Energías Renovables del Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente, Aruna Kumarankandath.
Sin embargo, todo hace pensar que el contexto invita al optimismo del sector un país en el que la energía solar juega un papel clave para el Gobierno indio en su plan de lograr que las energías renovables representen el 47 % del suministro para 2027.
En diciembre el Gobierno indio presentó un plan fijando como objetivo la producción de 100 gigavatios a partir de energía solar en 2022.
“Ese compromiso es lo que está atrayendo a los inversores”, explicó Ashvini Kumar.
El reto es mayúsculo, pero trascendental no sólo en sus efectos económicos y geopolíticos, sino naturalmente medioambientales.
La India es el tercer país del mundo en emisión de gases a la atmósfera y satisface su demanda energética en base a fuentes fósiles en más de un 73 %.
Relanzar las renovables es clave para lograr sostener el crecimiento del PIB, ya que ahora el porcentaje de petróleo importado es del 82,1 %, dependencia que aumenta también el costo de la incertidumbre en la economía india.
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