El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha confirmado que el Gobierno de España ha "desistido" en su recurso contra la legislación autonómica que permitió rebajar de nuevo la jornada laboral de los funcionarios de la Administración regional a 35 horas semanales. De este modo, ha añadido, esta reducción de jornada "es firme para siempre".
El presidente regional ha señalado que, gracias a que se ha cumplido con el déficit, "hemos conseguido" este logro, pero es importante que ahora "no nos recurran otra por considerar que nos metemos en el terreno económico o penal". En cuanto al convenio sanitario con la vecina Comunidad de Madrid, ha recordado que se trata de un acuerdo que él "mismo rompió" para evitar pagar "entre 30 y 60 millones de euros al año porque en Madrid atendieran potencialmente en los hospitales, que no en Urgencias, que es obligatorio, a los vecinos de la zona".
Por otra parte, García-Page, ha avanzado hoy su intención de pedir que se vuelva a convocar la Conferencia de Presidentes Autonómicos en la próxima legislatura "para que abordemos un proceso claro de convergencia y armonización fiscal". A su juicio, "es el momento de que el péndulo, que ha pasado de ser muy centralista en España a muy descentralizado, vaya a un proceso moderado donde podamos encontrarnos todos".
Cohesión social y territorial
En esta línea, García-Page ha incidido en la importancia de la cohesión social y territorial, conceptos "claves" para el momento actual que vive el país, que deben ser asumidos "como un principio determinante por ideología, pero también por inteligencia económica". Asimismo, ha considerado que si se quiere estabilidad política y social en España, previamente debe haber un proceso de cohesión social.
Al respecto, el presidente castellano-manchego ha reconocido que el independentismo catalán "representa una forma más de ser egoísta en España", porque lo que hay de fondo en el proceso soberanista "no es más que una pelea por el privilegio". Por este motivo, ha advertido de que el problema catalán no va a acabar "en ningún caso" como quieren los independentistas, "pase lo que pase en las próximas elecciones".
García-Page ha considerado igualmente que es fundamental que se aseguren los servicios básicos esenciales, especialmente en medio del debate independentista "que es lo que ha paralizado la financiación autonómica".
Así, ha negado la posibilidad de pactar una financiación autonómica "si no se sienta Cataluña a la mesa", del mismo modo que ha rechazado la idea de crear una mesa conjunta seguida de pactos bilaterales. "Eso sería como ponerle precio a los sentimientos, y a quien dice que los sentimientos en Cataluña tienen precio, yo les digo aquí sentimos igual", ha apostillado.
"No podemos entrar en un proceso de recentralización"
En otro orden de cosas, el jefe del Ejecutivo castellano-manchego ha subrayado que "no podemos entrar en un proceso de recentralización", principalmente porque el Estado "no está en condiciones" de asumir las competencias sanitarias, educativas y de servicios sociales que actualmente gestionan las autonomías. "Los miles de trabajadores de la Sanidad o la Educación no se merecen que ahora les cuestionen todo lo que se ha conseguido" en un "hipotético" proceso de recentralización, "que les supondría mermas retributivas y una incertidumbre de modelo del país increíble".
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