Según Eurostat, el salario mínimo más alto de la Unión Europea, el de Luxemburgo (2.202 euros mensuales) es seis veces mayor que el más bajo, de Bulgaria (322 euros).
El pleno de la Eurocámara respaldó este miércoles un salario mínimo a nivel europeo para impedir que existan personas que, aun trabajando, se encuentren en situación de pobreza.
Con 365 votos a favor, 118 en contra y 208 abstenciones, los eurodiputados dieron luz verde a una resolución cuyo objetivo es reducir las desigualdades y la pobreza entre los Estados miembros y dentro de ellos, con especial atención a los trabajadores pobres.
El principio del “empleo como mejor remedio de la pobreza” no siempre funciona en los sectores con salarios más bajos o para aquellos con empleos precarios o menos habituales, advierten los eurodiputados, que piden a la Comisión y los países que también se marquen como objetivo reducir la pobreza entre los ocupados.
La norma europea debe garantizar que el salario mínimo legal quede siempre por encima del umbral de pobreza, según reclama el texto aprobado.
"El trabajo ya no es el mejor remedio para la pobreza", afirma la eurodiputada Özlem Demirel
En declaraciones a EFE, la eurodiputada Özlem Demirel (GUE/NGL, Alemania), ponente principal del texto, aseguró que "es importante tener mecanismos, como los salarios mínimos, que salven a los trabajadores de caer en la pobreza", porque, a día de hoy, "el trabajo ya no es el mejor remedio para la pobreza".
La eurodiputada recordó la contradicción que supone que la UE sea una de las regiones más ricas del mundo y, sin embargo, 95 millones de europeos vivan en situación de pobreza. “Sólo por eso necesitamos tomar medidas urgentes para ofrecer una vida digna. Debemos fijar estándares mínimos, combinados con sistemas de seguridad social sólidos. Hacen falta salarios e ingresos que garanticen una vida decente. No podemos permitir que los intereses económicos pasen por encima de la protección social".
La Comisión Europea lanzó el pasado mes de octubre una propuesta de directiva sobre salarios mínimos, que se encuentra en estudio y que espera que se apruebe en breve. De ello habló en estas mismas páginas Isidor Boix que defendió la necesidad de abordar esta cuestión en el marco de la negociación colectiva.
Según la definición de Eurostat, las personas están en riesgo de pobreza laboral cuando trabajan más de la mitad del año y su renta disponible anual está por debajo del 60% del nivel de renta media familiar nacional después de las transferencias sociales.
Este es precisamente el compromiso adquirido por el Gobierno de España para la legislatura en curso, interrumpido tras la decisión en enero de congelar el SMI por el veto de la patronal y que figura como una de las principales reivindicaciones sindicales abanderadas en las movilizaciones convocadas en todo el país para este 11 de febrero.
Las cifras de Eurostat muestran que el 9,4% de los trabajadores europeos estaban en esa situación en 2018. Los sueldos más bajos no han aumentado al mismo ritmo que otros tipos de salarios en muchos Estados miembros, lo que agrava las desigualdades de ingresos y la pobreza de los trabajadores y reduce la capacidad de aquellos con sueldos más modestos para hacer frente a las dificultades financieras.
El salario mínimo más alto de la Unión Europea, el de Luxemburgo (2.202 euros mensuales) es seis veces mayor que el más bajo, de Bulgaria (322 euros).
La portavoz de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, la socialista Cristina Martín Maestre de Almagro destacó la necesidad de tener un salario mínimo europeo ya que es "garantía de justicia y dignidad en el empleo" y no se puede "admitir que existan ciudadanos europeos de primera y de segunda".
En el texto, los eurodiputados también subrayan que los empleadores no deben en ningún caso deducir de los salarios mínimos los costes necesarios para la realización del trabajo, como el alojamiento, la ropa necesaria, las herramientas, la protección personal y otros recursos.
La resolución aprobada aborda otras medidas para fortalecer los sistemas de seguridad social de los países comunitarios y el de los convenios colectivos y sindicatos, que han sido socavados por las nuevas formas de empleo precario.
En este sentido, demandan condiciones laborales iguales para los trabajadores de las plataformas digitales. “Estos trabajadores también deben estar cubiertos por las leyes laborales y de seguridad social vigentes y tener la posibilidad de agruparse en sindicatos y negociar convenios colectivos”, subraya la Eurocámara.
Además, los europarlamentarios abogan por la correcta transposición y aplicación de la directiva sobre conciliación para combatir la pobreza y la desigualdad. “Dado que las mujeres tienen más riesgo de caer en la pobreza y la exclusión social, reducir la brecha salarial de género y garantizar el acceso a servicios de guardería asequibles y de calidad son elementos importantes en este ámbito”.
"La pandemia ha hecho que más mujeres caigan en pobreza"
En declaraciones a EFE, la demócrata Vilija Blinkeviciute, portavoz de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género, recordó que las desigualdades ya eran preocupantes antes de la pandemia y que se están viendo agravadas por esta. "La pandemia ha hecho que más mujeres caigan en pobreza", aseveró.
Los jóvenes forman otro de los colectivos más afectados por la crisis, por lo que el informe también prevé medidas que aseguren la protección de los becarios, pidiendo a la Comisión que prohíba las prácticas no remuneradas, para que las empresas los vean "como una inversión y no como trabajadores gratis".
"Tenemos que mostrar solidaridad con los jóvenes", destacó el comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, quien aseguró que se necesitan fondos para tratar el desempleo juvenil, puesto que "no queremos una generación perdida, o peor todavía, una generación desesperada".
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