Los peligros ocultos de los protectores solares
En el ámbito médico, no es raro encontrarse con situaciones en las que el remedio resulta ser casi tan perjudicial como el problema mismo. Expertos sostienen que la protección de la piel con productos químicos para bloquear los rayos solares más dañinos podría ser un ejemplo de ello.
La necesidad de proteger la piel de los rayos ultravioleta (UV) es ampliamente reconocida por sus beneficios en la prevención del cáncer de piel y en la reducción del envejecimiento cutáneo. Para lograr esta protección, se utilizan agentes de bloqueo UV, que se clasifican en dos categorías principales: físicos y químicos.
Los protectores solares físicos se basan en minerales en forma de polvo fino, siendo los más comunes el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Estos minerales bloquean la radiación UV principalmente a través de la reflexión y dispersión de los rayos. Por lo general, no se disuelven y no penetran en la piel.
Por otro lado, los protectores solares químicos actúan absorbiendo la luz UV. La mayoría de ellos son productos químicos sintéticos que se disuelven en aceite y/o agua. Algunos de estos productos pueden penetrar en la piel en cierta medida.
Sin embargo, la capacidad de los protectores solares químicos para absorber la luz UV puede tener efectos nocivos. Cuando una molécula de protector solar químico absorbe un fotón UV, se carga de energía. Posteriormente, esta energía se libera emitiendo fotones de menor energía y/o interactuando con otras moléculas, lo que puede generar subproductos químicos dañinos, como los radicales libres.
Estos efectos secundarios pueden provocar irritación y daño en la piel, aumentar el riesgo de cáncer y contribuir al envejecimiento prematuro. Este proceso, conocido como fotosensibilización, puede ser desencadenado por algunos bloqueadores químicos, como el octocrileno, el metoxicinamato de octilo (Octinoxato), la oxibenzona, la sulisobenzona y la avobenzona. Es importante tener en cuenta los posibles efectos adversos de los protectores solares.
Entonces, ¿qué debemos hacer para protegernos del sol de manera segura? En primer lugar, evitar aplicar productos químicos en la piel es lo más saludable. Cuando no sea posible reducir la exposición al sol, especialmente en situaciones laborales, los bloqueadores solares físicos suelen ser más seguros, siempre y cuando no se utilicen en forma de nanopartículas.
No obstante, los bloqueadores físicos también presentan desventajas. No se extienden fácilmente, pueden dejar un residuo blanquecino en la piel y es difícil obtener una protección de amplio espectro (UVA + UVB) con ellos.
En cuanto a los bloqueadores químicos, no hay suficiente investigación para determinar qué productos son menos dañinos. Algunos bloqueadores que contienen ecamsule, homosalato y otros ingredientes parecen ser menos nocivos, pero no se pueden considerar inocuos. Es fundamental revisar la lista de ingredientes
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