Estrategias efectivas para mantener la hidratación en las altas temperaturas estivales.
En la temporada de calor intenso, mantener una alimentación saludable puede ayudar a prevenir la deshidratación. Aquí presentamos algunas pautas expertas para preservar tu bienestar.
A medida que las temperaturas aumentan, el riesgo de deshidratación se incrementa debido a la pérdida de agua corporal a través de la sudoración. Bajo condiciones normales, se estima que nuestro cuerpo pierde alrededor de 2.5 litros de agua al día. Sin embargo, durante el verano, esta cantidad se incrementa debido al calor y a la actividad física.
El agua es la opción de bebida más saludable para mantenernos hidratados. Las bebidas azucaradas, como los refrescos, suelen incrementar nuestra sed debido a su alto contenido de azúcar. Esto también aplica para los helados, granizados y horchatas. Estos deberían consumirse de manera ocasional o prepararse en casa con menos azúcar.
Para mantenernos hidratados a través de nuestra alimentación, se recomienda consumir una dieta rica en frutas, verduras y batidos. Los alimentos frescos y ligeros, junto con los cereales y legumbres, proporcionan una buena cantidad de agua al cuerpo.
Alimentos crudos o ligeramente cocidos, que son fáciles de preparar y bajos en calorías, son la mejor opción. Se sugiere evitar los alimentos pesados y de alto contenido calórico, ya que estos ralentizan la digestión y hacen que el cuerpo produzca más calor.
Además, se recomienda reducir la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas, ya que proporcionan un exceso de calorías y poco valor nutritivo. No obstante, las grasas esenciales, que se encuentran en el pescado azul, frutos secos y semillas, ayudan a combatir la deshidratación y mejorar la hidratación de la piel.
Finalmente, durante el verano, se sugiere dividir las comidas en cinco o seis porciones pequeñas y ligeras al día. Esto ayuda a mantener un nivel de hidratación óptimo.
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