El citado borrador, al que tuvo acceso eldiario.es, asegura que la reforma tiene como “objetivo principal” unificar en un único texto las disposiciones vigentes en materia de uniformidad y que los policías puedan conocer así “los distintos tipos de uniformes, sus modalidades y su uso, así como el uso de divisas, distintivos y condecoraciones”. Para acabar con un supuesto desconcierto en el seno de la Policía respecto a sus propios uniformes y divisas, el proyecto incluye cambiar estas últimas. Se trata, añade, de que los agentes proyecten “una imagen homogénea, adecuada y de acercamiento a los ciudadanos”.
El proyecto modifica las divisas en todas las escalas. Por ejemplo, los policías de la escala superior, comisarios y comisarios principales, pasarán de llevar tres laureles en el hombro a distinguirse con un entorchado, tres bastones de mando orlados y una corona. De subinspector para abajo se introducen los galones en ángulo, que a quien no esté familiarizado con la uniformidad militar le recordarán a las insignias de los militares estadounidenses en las películas.
La Ley Orgánica que reguló en 1986 las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reservó para la Policía el carácter civil, a diferencia de la Guardia Civil, que desempeña también funciones policiales pero tiene naturaleza militar.
El cambio no implicaría renovar completamente los uniformes, ya que las divisas van acopladas en hombro y pecho, tanto en los uniformes de invierno como en los de verano. El Cuerpo Nacional de Policía está compuesto en la actualidad por más de 68.000 agentes y el gasto por cada uno de ellos oscilaría en torno a unos 44 euros, según la estimación de las fuentes consultadas. La cifra definitiva dependerá, en cualquier caso, del concurso que se abrirá entre las empresas que opten a fabricar las divisas cuando se apruebe la orden interna.
La reforma de las divisas de la Policía es un empeño personal del director adjunto operativo, Eugenio Pino, número dos de Ignacio Cosidó y jefe de las unidades antidisturbios durante los gobiernos de José María Aznar. El borrador tiene un anexo destinado a crear divisas especiales para los cargos. Ahora, el propio Pino luce la misma divisa que cualquier otro comisario principal, pero cuando se apruebe la reforma tendrá una propia como director adjunto operativo. También lucirán una característica de su puesto los comisarios generales, los subdirectores y los jefes superiores. Todos ellos forman la cúpula del Cuerpo que es renovada cada vez que cambia el partido en el Gobierno.
En sus divisas, los mandos compartirán un nuevo símbolo, la corona real, que se introduce con el siguiente detalle: “Todas las divisas tienen integrado en su soporte como elemento principal la Corona Real de España, forrada de gules (rojo), constituida por un círculo de color oro engastado de piedras preciosas, sumado de ocho florones de hojas de acanto de color oro (visibles cinco), interpoladas de perlas de cuyas hojas salen otras tantas diademas de color oro, sumadas de perlas que convergen un mundo con el ecuador y el semimeridiano de color oro”.
Choque con la Casa del Rey
El actual borrador es la reforma de otro redactado en abril. Uno de los motivos de que hubiera que introducir modificaciones fue la queja de la Casa del Rey. En el primer proyecto, el director adjunto operativo pretendía llevar en su divisa tres bastones de mando entrecruzados, un símbolo destinado en exclusiva al capitán general de los tres Ejércitos, es decir, al rey de España.
El borrador de la orden interna también incluye el uso del bastón de mando para que lo exhiban los comisarios en actos internos de la Policía y en otros “solemnes de representación del Cuerpo”. “Se empleará como símbolo de autoridad y dignidad del cargo en relación con la seguridad ciudadana”, afirma el borrador. No solo la cúpula policial podrá exhibir el bastón de mando, también los comisarios provinciales y locales. “Se llevará de forma natural con el brazo izquierdo extendido y sujeto por la mano sin cerrar el puño, en línea paralela al eje del cuerpo y ligeramente en oblicuo. La zona de sujeción será la parte superior, dejando ver el extremo ornamentado del bastón”, dice el texto.
Como director adjunto de la Policía, Eugenio Pino está al frente de la Junta de Gobierno que aprobó el 31 de enero conceder la más alta condecoración policial a una advocación mariana de Málaga. Los comisarios adoptaron esa decisión a propuesta del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. De Pino también partió la orden verbal de introducir en los actos de la Policía la canción de homenaje a los caídos La muerte no es el final, de clara connotación católica y que hasta ahora solo entonaban las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. El 28 de febrero se hizo la primera prueba. A los policías que juraban el cargo de inspector se les obligó a aprender la letra para cantarla durante el acto, que tuvo lugar en la Academia de Ávila.
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