La problemática del trabajo infantil está emergiendo con mayor frecuencia en la nación más afluente del planeta, Estados Unidos. En 2022, las autoridades federales detectaron cerca de 4.000 casos de empleo infantil ilegal, el número más alto desde que se iniciaron los registros en 2013.
Recientemente, un informe del Instituto de Política Económica reveló que en los dos años previos, 14 de los 50 estados de los EE. UU. habían debatido, y 8 habían aprobado, legislaciones que disminuyen las restricciones al trabajo infantil. Estas leyes permiten el empleo de niños de 14 años en trabajos nocturnos y físicamente exigentes, y en algunos casos incluso permiten que se les pague menos que a los adultos.
A pesar de que cada estado puede legislar sobre el tema, la ley federal estipula que los jóvenes de 14 y 15 años pueden trabajar un máximo de 3 horas al día durante el período escolar, y prohíbe que realicen tareas en sectores considerados "opresivos para los niños".
Expertos en el tema afirman que la tendencia al alza del trabajo infantil en EE. UU. se debe a una combinación de factores que están presionando a los niños social y económicamente vulnerables para que asuman trabajos indeseables para la mayoría de los adultos.
Iowa, por ejemplo, ha aprobado recientemente normas laborales infantiles que desafían la Ley de Normas Laborales Justas de 1938, que prohibió la explotación de menores en todo el país.
Además, la creciente demanda de mano de obra y la disminución de la tasa de desempleo en el país han intensificado el problema. A medida que los adultos se niegan a trabajar en puestos de trabajo indeseables, los adolescentes se están uniendo a la fuerza laboral en cantidades cada vez mayores.
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